viernes, 3 de mayo de 2024

La parte que nos toca

 El los '60 Roque Dalton dijo "No olvides nunca que los menos fascistas de entre los fascistas también son fascistas", por analogía yo digo que no olvidemos nunca que los menos peronistas entre los peronistas también son peronistas y los necesitamos a todos, pero no solamente como una cuestión de alianzas o poroteo, necesitamos el debate interno que se clausuró en diciembre de 2011, sin dedos acusadores y sin exclusiones, sin camarillas que hablen de traidores y sobre todo sin jefes. El peronismo siempre tuvo conducción, no jefes, por eso en su momento Nestor con una inédita humildad en el ámbito de la política logró la unidad. Me parece que pasa por ahí.
Uno de los mayores problemas del peronismo es haber confundido la calidad de conductor o líder con la de jefe (o jefa, conforme los tiempos que corren). La fragmentación forzada del peronismo a partir de diciembre de 2011 así lo demuestra, y los resultados del período 2011/15 (sin dejar de considerar algunos logros) son espantosos en cuanto a lo que es esperable de un gobierno supuestamente peronista.
Alta tasa de mortalidad infantil, crecimiento exponencial del trabajo informal o en negro, abandono total de los controles laborales fundamentalmente en construcción, gastronomía y campo. Clausura de la discusión interna, señalamiento y caracterización de todos los que cuestionaron o quisieron acercar alguna formulación. Entrega a espaldas del pueblo de recursos naturales a favor de Monsanto, Barrick y Exxon. Desentendimiento total de la problemática del rio Paraná, vía de narcotráfico, contrabando y trata de personas. Los famosos baños de humildad a todos los que quisieran candidatearse fuera de la órbita del dedo todopoderoso. Y hay mucho más. Pero hasta que no reconozcamos que en ese período se gobernó para la clase media, que se inventó un enemigo para sostener la dinámica neoliberal que se cristalizó legalmente con la reforma del 94 y que los más necesitados y desclasados quedaron al margen del maquillaje del aire acondicionado y las zapatillas caras, seguiremos tras un jeje (o jefa) que desperonizó, que no condujo y nos llevó al engendro del gobierno Fernandez-Fernandez, al descreimiento y al payaso que hoy nos gobierna.
Los peronistas merecemos otra cosa, otro nivel de compromiso ideológico y doctrinario, que quien se considere jefe jamás nos podrá dar.

Algunas diferencias entre lider y jefe

1. La percepción sobre su autoridad
Para un jefe la autoridad es un privilegio concedido por su puesto de mando. Para un buen líder, en cambio, la autoridad es un privilegio solo si es una herramienta útil para la organización.
El jefe hace suya la máxima de “yo soy el que mando aquí”; mientras que el líder encuentra su inspiración en la frase “yo puedo ser útil aquí”. El jefe espolea al grupo y el buen líder se mantiene al frente, los guía y se compromete día a día.
2. Imponer vs convencer
El jefe basa su influencia en la autoridad que dimana del cargo que ostenta. El líder se gana la simpatía y le voluntad de quienes le rodean. El jefe hace valer su posición dentro de la jerarquía, mientras que el líder cultiva y cuida su liderazgo cotidianamente.
El jefe siente la necesidad de imponer su criterio, usando largos argumentos; el líder convence y ejemplifica, sus argumentos no buscan desterrar a los demás, sino construir conocimiento y plan de acción.
3. Miedo vs confianza
El jefe infunde temor, miedo, suele amenazar, y su equipo recela de él, le ponen buena cara cuando está cerca pero le critican duramente cuando no está presente. El líder es una fuente de confianza, empodera a las personas, genera entusiasmo cuando trabaja, estimula al grupo reconociendo las buenas labores y el esfuerzo de sus miembros.
El jefe precisa obediencia ciega, el líder persigue que la motivación impregne a todos. Si sientes miedo de tu superior, es un jefe corriente, si en cambo lo valoras y aprecias, tu superior es un líder.
4. La gestión de los problemas
El jefe quiere señalar a quien ha cometido el error; implanta la creencia de buscar culpables. De este modo, abronca, castiga y grita si algo no sale bien, para advertir al culpable y al resto de personas.
El líder sabe entender los errores y calmadamente reorienta la situación. No se encarga de señalar los errores ajenos ni de acusar a nadie, sino que busca solucionar el problema y ayudar a quien lo ha cometido a levantarse.
5. Organización técnica vs organización creativa
El jefe distribuye las tareas y ordena, y se queda supervisando si sus órdenes están siendo seguidas a rajatabla. El líder estimula, aporta ejemplo, trabaja codo con codo con sus colaboradores, es coherente con lo que piensa, con lo que dice y con lo que hace.
El jefe hace que las tareas sean una obligación, pero el líder sabe buscar la motivación en cada nuevo proyecto. El líder transmite ganas de vivir y de progresar.
6. Órdenes vs pedagogía
El jefe conoce el funcionamiento de todo, el líder sabe hacer pedagogía de cada tarea, sabe enseñar. El primero recela de su secreto que le ha llevado al éxito, el segundo tutela decisivamente a las personas para que puedan desarrollarse y hasta superarle, El jefe organiza la producción, pero el líder les prepara para que alcancen todo su potencial.
7. El grado de cercanía personal
El jefe se relaciona con su equipo de forma despersonalizada, como fichas de un tablero. El líder conoce personalmente a todos sus colaboradores, se interesa genuinamente por sus vidas, no los usa ni los cosifica. Es respetuoso con la personalidad de cada uno, defiende a las personas independientemente de su posición en la jerarquía.
8. Esquemas cerrados vs esquemas abiertos y en constante desarrollo
El jefe dice “haz esto”, el líder dice “hagamos esto”. El jefe persigue la estabilidad, el líder promociona a sus colaboradores mediante el trabajo grupal y la formación de otros líderes. El líder es capaz de integrar el compromiso sincero de los que le rodean, diseña planes con fines claros y compartidos, contagia a los demás con su esperanza y determinación.
9. Cumplir vs liderar
El jefe llega puntual, pero el líder siempre llega el primero. El jefe espera a los colaboradores sentado en su sillón, el líder sale a darles la bienvenida. El líder quiere mantener siempre su presencia como un guía del grupo e inspira compromiso, cordialidad y lealtad. El jefe se conforma con un desempeño aceptable de sus miembros, el líder quiere ver más allá y quiere que su grupo despunte.
10. Poder vs inspiración
El jefe defiende con uñas y dientes su posición de autoridad; el líder hace que la gente normal se sienta extraordinaria. El jefe ansía la reverencia, pero el líder logra comprometer a su equipo en una misión que les permite superarse y trascender. El jefe quiere mantener sus privilegios; el líder dota de significado e inspiración a su trabajo su vida y la de los que le rodean.
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